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Jajaja, Fortea, qué gracia tiene Vd. En fin, ya sabe que los niños y los jóvenes, son como una fotocopiadora...
ResponderEliminarNi me hable, padre, ni me hable... De pequeñines me los habría comido, y ahora pienso que por qué no me los habré comido yo :(
ResponderEliminarMR (Monárquico y Republicano)
Hola Padre! Lo saludo con mucho cariño, lo leo siempre aunque no comente siempre porque en mi celular no encuentro la forma de hacerlo, pero ahora si pude en mi compu, no sabe como me reído con "El Angelito", jajaja, de verdad que a veces en la vida todo va bien, hasta que llegan a la adolescencia y algunos jóvenes como que se transforman, gracias a Dios a mi no me pasó, o no me pasó tanto con mis hijos, pero he conocido otros muy parecidos a los que describe, me he reido mucho. Dios lo bendiga, con frecuencia me acuerdo de usted en la Santa Misa, un abrazo fuerte y Bendiciones.
ResponderEliminarPadre Fortea, precisamente para no tener hijos desviados debemos orar siempre. Mire esto por favor, y digame si no es para tomar la arma en mano.
ResponderEliminarhttp://infocatolica.com/?t=noticia&cod=25387
Es evidente que hay diferencias entre hijos e hijos, cada persona es mundo y eso lo saben bien los padres, los que tenéis hijos sabéis que la educación es la misma para todos pero a veces un hijo se tuerce y no sabes porqué. Yo daría un consejo a los padres: rezad, rezad insistentemente por vuestros hijos. Acompañadlos siempre en cada momento de sus vidas con la oración, pedid a sus custodios que cuiden de ellos cuando vosotros no podéis cuidarlos, decídselo claramente a sus custodios: “cuida tú de él [o de ella] ahora que yo no puedo cuidarle". No os olvidéis nunca de hacer esta pequeña oración, algún día vuestros hijos os lo agradecerán eternamente, y vosotros, padres creyentes, os habréis evitado muchos disgustos.
ResponderEliminarPadre Fortea hay de todo como en botica¡¡ja,ja,ja,!!!.Pero como bien dice usted hay casas donde reina la felicidad y otras el horror.Yo creo que la diferencia estriba en la que no son creyentes y no lleban a Dios en sus corazones.
ResponderEliminarSaludos Padre Fortea y buenas noches.+
Muchos de los que tienen hijos de esa manera son creyentes practicantes, Pedro, pero hay que rezar incesantemente por ellos. Una amiga tuvo tres hijos, uno de sus hijos en la cárcel por un tema de tráfico de estupefacientes, otro hijo seminarista, y una hija casada por la Iglesia con un niño. La educación ha sido la misma para los tres hijos, pero el mayor ha salido de esa manera, sólo cuando ella ha decidido rezar a Santa Mónica por su hijo, y rezar insistentemente a la santa madre de San Agustín, su hijo abandonó las drogas y ahora es una persona mediante normal aunque la recuperación no ha sido total como cabría esperar. Mejor, mucho mejor, rezar antes de que sucedan las tragedias para que éstas no sucedan.
EliminarSon los niños hermosas criaturas dulces, graciosas, ingenuas, cada ocurrencia nos asombra y nos hace sonreir.
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