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Veo absurdo reinterpretar la Palabra de Dios. La fuentes siempre son las mismas y dicen lo mismo, manan la misma, sempiterna verdad. Las reglas del juego están dadas hace milenios. Los mandamientos son diez. Y no son reinterpretables.
ResponderEliminarEl anciano, cargando el peso de toda una vida, piensa en su poquedad y valora crecientemente la grandeza del Altísimo...Quizás sea algo inherente al paso de los años, pero es cierto, conforme pasa el tiempo, lo de aquí abajo va perdiendo trascendencia, va adquiriendo una levedad y un no ser que impele al hombre hacia lo eterno, lo inmutable, lo absoluto y es hermoso que sea asi.
ResponderEliminarDe alguna manera obedece al plan prefijado por Dios mismo. En la juventud, todo es nuevo y alcanzable...en la madurez, muchas cosas dejaron de tener importancia... en la vejez tan sólo importa el ahora, como en la eternidad. Una especie de entrenamiento.
Padre venía a molestarlo para Pedirle que si podría Publicar algo sobre esta cuistion ¿Las Mujeres podemos estudiar Demonología?
ResponderEliminarGracias :)
Padre Fortea, me anima este último post a enviar una carta personal a dónde se encuentre. Imagino que no es mal animo y aunque no tengo (a menos de que Dios tenga otra decisión) un pie a la tumba, comprendo.
ResponderEliminarA veces se encuentra uno mismo en un período de al parecer estar haciendo algo parecido a "lo mismo", es como un fastidio, pero que su alma siga contenta y feliz, es sólo un momento, tal vez una prueba para que tenga más mérito lo que ya viene haciendo. Recuerde esos ánimos que ha dado a quiénes están en la iglesia católica, en la fe, en su sermón. También lo que en algunas veces decimos no viene de nosotros y escucharnos o leernos luego de un tiempo, nos ayuda, aunque no se necesite ayuda.
Vamos le entiendo. Es como los pequeñitos que quieren ser como el más grande, y a esto me refiero en la manera de alabar, de la liturgia para Dios, lo sabemos, no es suficiente o no está en nosotros alcanzarlo, y nos frustramos. Paciencia.
En fin, me animaré. Por lo pronto, y desde otra perspectiva me gustan este tipo de post mucho más que los económicos.
Saludos mexicanos,
A veces pienso que hace una señora como yo en un blog como este. Sobre todo ahora, superado el sarampión senil que he padecido, no sé si por estar vacunada o porque está prohibido rascarse las ronchas en público como antes. Bueno. Paso a decir que Padre Fortea tiene el gran mérito de decir en tres frases todo lo que piensa sobre varios temas, y cada uno por su orden, encima. Sé que me merezco una patada en el culo, bien dada, porque si bien una vez dije que mis defectos eran la maledicencia y la gula, tengo que añadir otro, mal que me pese: la maldad. Soy mala. Y eso me recuerda que lo he sido siempre, porque solo una niña de apenas tres años, es capaz de subirse a una silla, extender la mano por detrás de una colección de tazas y platos de Capodimonti ( la niña solo sabe que le gustan a su mamá ) y arrastrarlos fuera de su exposición en la rinconera, tirarlos al suelo, verlos caer, todos, y alegrarse por ello, sin razón alguna, solo por fastidiar, por el placer de fastidiar y enfadar. Un placer a su alcance. Como otros a lo largo de su vida. Que algunos son solo por esa razón, sin otro propósito. Y eso se llama maldad. La maldad de los taimados de corazón.
ResponderEliminarNo son defectos, son pecados. Reconocerse defectuoso puede ser un recurso para autojustificarse. Reconocerse pecador lleva al Confesionario y eso, vaya, es algo bien distinto.
EliminarQué le voy a decir, que tiene razón; no puse pecados porque además tengo algo de católica vergonzante. Encima.
EliminarMónica, mi comentario iba a favor de su persona, no en contra, por cierto. Así que publico esta respuesta y esperemos que el Moderador publique antes la suya.
EliminarSi, Fortea,
ResponderEliminarLa dignidad de Dios es tan grande que se queda corta la expresión que le debemos.
Pero, si en una misa, las personas, adorasen con el mismo sentimiento que los angeles fieles a Dios, y todo lo hiciesen desde la reverencia absoluta, reconociendo que la grandeza amorosa presencia de Dios está ahí, en la Eucaristia, esto sería el cielo aquí.
Y tú... ya hace mucho tiempo que estas cosas las has comprendido, yo también.
En mi trabajo, me dejo arrastrar por el turno de tarde, esta vez no me lo he cambiado a la mañana, por la sencilla razon que quiero poder (y así es posible) ir a misa y tomar mi amada eucaristia que es Dios, cada dia, cada mañana, alabando al mas grande, al que mas nos quiere!
No es rutina para mí, es delícia ! cada día es un día delicioso, es un ir sumando, ir haciendo, y produciendo tantos bienes, la vida ante los ojos de Dios, lo que le agrada, esto es, caridad diaria.
Desde luego, Fortea, si no fueses verdaderamente humilde, no escribirias así, y eso es bueno, jejejeje, el pararse y pensar es bueno, pero esta leve tristeza que denoto en tí, es algo pasajero, efímero, a todos nos pasa alguna vez, también es un eco de la falta de egoísmo humano, el egoísmo humano, nos referiria las cosas que perdemos, pero no nos recuerda el "joio" las cosas que cada dia y a cada momento ganamos (y cuando tenemos conciencia de ello la grandeza del amor de Dios nos embarga) cuantas gracias recibidas a los inmolados! a los sacrificados por los demás! a los que ayúdan a la providencia de Dios!.
Y esas cosas, son las que de verdad llenan, las que suman ante Dios, y los bienes que se hacen a los hombres (y mujeres).
Feliz en tu poquedad? eso es lo perfecto!
No es mas feliz el que mas tiene, sino el que menos necesita.
Eso denota que tenemos a quien todo lo llena absolutamente con nosotros; Dios.
No estes triste, si te viene tristeza, piensa; dos muffins tienen la culpa ;-).
Hola, Yasna, contestaste a Monica, y hubo otro comentario, por error los borré, los iba a dar de alta, pero cliqué en lugar equivocado, volved a publicarlos, y los doy de alta. Disculpas.
ResponderEliminarNo se preocupe, Sr. Moderador. No guardé el comentario.
EliminarHay que recordar que Dios nos ha creado así, poquita cosa, por lo cual, no creo que espere de nosotros más que la santidad.
ResponderEliminarSer santos, eso es mucho y muy dificil.
Amar al prójimo como a uno mismo y a Dios sobre todas las cosas.
Con eso, si somos capaces de llegar a eso, hemos alcanzado nuestra meta como pequeños humanos.
Somos poco, pero podemos herir mucho, y somos poco, pero podemos hacer muy felices a los que nos rodean.
Aunque la verdad es que tenmos capacidad para herir mucho al prójimo, pero no tanta para hacerle féliz.
Si, podemos hacer felices a nuestros maridos, a nuestros hijos, pero relativamente.
La felicidad depende más de uno mismo, por ejemplo del acercamiento que tenga cada cual a Dios.
Sin embargo, si me cargo al hijo de mi vecino, le hago mucho, muchismo daño.
Quizás el mejor bien que podamos hacer a los demás es dar Testimonio de Dios, ese es el mejor bien que podemos hacer por nuestro prójimo, y es un bien muy grande pero no espectacular, como si lo es el mal, un crimen por ejemplo.
No había sido consciente de eso hasta ahora mismo.
Ya no sé cuantas veces he leído lo del "error". La gente normal no guardamos copia de nuestros comentarios. Por lo tanto, déjelo correr.
ResponderEliminarBueno, Marga, pero se acordará de lo que expuso... haga memoria mujer... yo es que solo lei algo del de Yasna... el suyo lo seleccione. Junto, y pasó... en fin... creo que solo han sido dos veces y se ha podido subsanar (por sus memorias), este precio (que estoy con usted que no deberia ser) almenos es menor, en cuanto a las ganancias. Disfrute el dia... y a ver si puede hacer memoria... en cuanto a mi... voy a tener muchiiiisimo mas cuidado. Ese respeto merecen desde luego.
EliminarAsi es Padre, el instante, el instante. Eso es la felicidad, una suma de instantes, dulces,amargos,amorosos,dolorosos, espirituales, numinosos etc., pero vividos con absoluta intensidad, así y sólo así, la rutina se convierte en siempre nueva, no importa si tenemos 20, 30, 50, 60 o 100 años. De niño siempre observe a mi bisabuela de casi cién años que observaba con mucho interés un cuadro en la pared de su dormitorio, muchos años después me di cuenta que era una bendición de su familia escrita por El Papa león XIII, creo. Se quedaba horas mirándolo y también el verde del jardín, cuando posaba sus ojos en los mios sentía una especie de calor interior y una paz que me hacían detenerme de cualquier juego infantil, luego ella proseguía con mucha naturalidad a leerle el periódico a mi abuelo que andaba corto de vista. Ahora comprendo la importancia de esos instantes. En mi taller tengo un antiguo retrato de ella en acuarela que le hice después de su fallecimiento a los ciento séis años y sigue mirándome como en aquellos imborrables momentos, ¿Quién dice que el amor se acaba con la muerte?
ResponderEliminarHola holaa
ResponderEliminarEsa insatisfacción en el culto externo radica en que Dios no espera eso… no quiere eso… no necesita eso… esa insatisfacción es reflejo del sentimiento del mismo Dios… el reflejo de Su Propio Corazón… Él quiere cercanía… Él quiere nuestro corazón, nuestro amor… a Él no le engañamos con todo lo externo… ÉL QUIERE QUE ESTEMOS CON ÉL Y EN ÉL… en nuestro tiempo y en la eternidad.
Por mucho que nos esforcemos en decorar una celebración, Dios sólo ve el corazón.
Yo a diferencia del P.Fortea no me conformo con lo que alcancé en mi vida espiritual… no… no soy conformista… hasta no ver cumplida la promesa hecha por Dios para mi vida, mi alma no reposará ni encontrará consuelo… no dejará de buscar hasta alcanzar… porque la esperanza es lo último que muere… sé que esta esperanza la veré cumplida en esta tierra y no tengo que esperar a la otra para ver cumplidos mis deseos… porque ‘ESA TAMBIÉN ES SU PROMESA’… y todavía más porque yo le he entregado todos mis deseos para poder desear sólo Su Voluntad que es Perfecta para mi vida... ÉL no permitirá que mi corazón muera en el desierto como Moisés porque es lo que le ruego todos los días de mi vida… y no me conformo con que los hombres ‘agríen mi espíritu’ como han hecho con Moisés… mientras haya aliento en mi boca y latidos en mi corazón seguiré esperando entrar a la tierra prometida y seguiré rogando a Dios que mi corazón no se endurezca en el desierto… Salmo 95 8 «No endurezcáis vuestro corazón como en Meribá, como el día de Massá en el desierto, 9 donde me pusieron a prueba vuestros padres, me tentaron aunque habían visto mi obra… donde Moisés y los hijos de Dios no creyeron o no esperaron ver cumplidas las promesas de Dios y desesperaron… Hebreos 3, 19 Así, vemos que no pudieron entrar a causa de su incredulidad.
Disculpen la vehemencia de mis palabras… es que si no hay amor y pasión (o terquedad, llámenle como quieran llamarle)… yo no soy nada… Dios busca una santidad distinta… eso es lo único que sé (me lo dijo)… el tiempo de martirizar a sus santos está terminando… y seguiré buscando esa santidad que Él quiere de mí por encima de todo.
Y concluyo con esta lectura de Ezequiel 47 que me ha regalado hoy el Señor… la saqué al terminar de escribir hasta el párrafo anterior:
13 Así dice el Señor Yahveh: Esta es la frontera de la tierra que os repartiréis entre las doce tribus de Israel, dando a José dos partes. 14 Recibiréis cada uno por igual vuestra parte, porque yo juré, mano en alto, dársela a vuestros padres, y esta tierra os pertenecerá en heredad.
¡¡¡Éste es nuestro Dios!!! ¡¡¡Su Nombre sea Alabado, Exaltado y Adorado por siempre!!!
Que tengan un buen inicio de semana.
Paz y Amor para sus corazones es mi deseo.
El Templo de Dios es el cuerpo humano.
ResponderEliminarQue ese cuerpo sea Santo, es el mayor culto a Dios posible.
No se empeñe en grandes templos, oros, músicas, ornamentos, cacharritos de marfil y platino, preciosas vasijas con pedrería. No.
Los tiros no van por ahí. Por ahí siempre se quedará corto.
Nadie está con un pie en la tumba. Eso es cruel.
ResponderEliminarPor mi desahauciado que estés, por muy terminal que estés, o estás en este mundo o en la tumba.
En los dos a la vez no se puede estar.
hOla
ResponderEliminarY el sabado por la tarde en mi parroquia se celebró la misa por la beatificación de los sacerdotes, y de las monjas: Hijas de la Caridad, las Siervas de María y las Carmelitas, otro convento que está por la misma zona, y, se comentó, que en aquel año, que, unas alumnas habían ido al convento de las hijas de la Caridad aquella tarde, y la traicionaron y fueron asesinadas. La maldad disfrazada.
Yo veo siempre al Padre alegres en la fotos, pero, la felicidad o la tristeza, aparte del rostro que lo delata, lo que se nota en el estado de ánimo, no es el rostro, sino, es la voz de la persona.
Y
Mónica, "dime de qué presumes y te diré de qué careces". Pienso que no eres mala.
ResponderEliminarTal vez quieres parecerlo, como un mecanismo de defensa, ¿ante qué , no sé?. ¿Por qué?, tampoco lo sé. Eso lo sabes tú. Claro que conocerse una misma, o uno mismo, es una de las tareas más difíciles.
Una vez, un profesor mío, contaba la historia de un criminal, creo que era argentino el criminal éste. Cuando tenía sólo cuatro años, llevó a otro niño, un bebé de unos tres o cuatro meses a un granero, le clavó un clavo en la frente y luego le prendió fuego al granero con el niño adentro. Fue el inicio de una larga serie de asesinatos que cometió desde niño. A los catorce años ya había matado a varios niños. Eso sí es una índole malvada.
Lo que comentas, tal vez, era sólo un afán de llamar la atención, por algún tema afectivo no resuelto con tu madre. Yo me rehuso a pensar que en un niño anide la maldad como algo intrínseco, como parte de su personalidad. Normalmente los niños rompen o tiran cosas, como una forma de demandar afecto, atención, que sean vistos, que no sean ignorados, y pueden estar implicadas cuestiones familiares diversas, desde algún tipo de violencia ejercidos hacia ellos, hasta lo que parece más inocuo, pero es igualmente dañino como la indiferencia.
De hecho, lo del niño argentino, es un caso excepcional.
Jessi, no te enteras de nada, hija mía. Hay algo que nunca me ha gustado nada, algo que me produce desasosiego y tristeza, y es escuchar el Cant de la Sibila cantado por María del Mar Bonet. Pero me gusta escucharlo también. Decía Rosalía de Castro que el barro del que estamos hechos es díficil de entender
EliminarLa que no se entera de nada, ahora soy yo.
EliminarMónica es interesente e inteligente.
Y la gusta llamar un poco la atención.
Hasta ahí llego, pero nada más.
El Cant de la sibila no lo conozco, debe ser por eso que no me entero de nada.
Yo estoy como usted Padre, en un momento en el que me limito a vivir el presente, aunque el pasado siempre forme parte del presente. Pero gracias a Dios he llegado a un nivel de cierta serenidad en este mundo tan disparatado que vivimos, y como dijo usted en cierta ocasión, me siento como si mirara todo a través de un escaparate o algo semejante.
ResponderEliminarSé que el mundo no hay quien lo arregle, y no merece la pena angustiarse por lo que no depende de nosotros. Ya he vivido así y no he conseguido nada más que hacerme mal a mí misma. Sólo actuar lo mejor que se pueda, se sepa y Dios nos dé a entender. Pero gracias a Dios sin angustias, sin preocupaciones excesivas que no llevan a ningún lado.
Como si estuviera en un convento de clausura. Dios, yo, y pocas personas más. Cada día me apetece menos salir a la calle. Sólo cuando es muy necesario. Me angustia. Y sólo quiero PAZ.
Yo, al igual que usted piensa que debía haber muerto a los dos años de haberse ordenado sacerdote, yo pienso que debía de haber muerto cuando me pusieron la anestesia al tener a mi primera hija. Ese hubiera sido el momento ideal para haber muerto. Haber pasado del sueño de la anestesia, a la otra vida. Sin despertar. Morir en plena juventud, con veinte años, sin haber sufrido todo lo que tuve que sufrir después, ni haber sufrido tantas decepciones de parte de personas a las que les había dedicado mi vida, y ese sufrimiento no pasa nunca. Siempre está latente. Aún a pesar de mi serenidad, tan ´difícilmente obtenida, y gracias solamente a Dios. Mi hija hubiera pasado al cuidado de mi madre, muy joven todavía en aquella época, y yo hubiera pasado de la vida mortal a la Vida Eterna, sin darme cuenta. Sin dolor, sin sufrimiento, sin miedos...
Pero no era ese el camino de Dios.
Estimada Señora:
EliminarComprendo muy bien todas las pruebas por las que ha pasado en su vida; que yo tambien he pasado las mias. Y esta experiencia de haber estado a un paso de la muerte la he tenido varias veces en mi vida. Ya las he relatado aqui anteriormente.
Hace cinco años, cuando comence a leer el Libro de Job, una noche en que estaba muy angustiado, le preguntaba a Dios que por que no me llevo a los siete meses de edad cuando estuve muy grave de salud. Esa noche yo me sentia en peor situacion que Job: Hasta el momento de su enfermedad, Job habia sido un hombre saludable, trabajador; tenia una familia numerosa, una esposa incondicional; habia acumulado riquezas; era un hombre feliz hasta el momento en que todo le fue arrebatado. Yo, en cambio, no he recibido las bendiciones que recibio Job. Solo he nacido para el sufrimiento. Y se muy bien que mi tribulacion apenas ha empezado.
Solo la esperanza en que seremos salvados por el Señor, nos hace transitar por la vida libre de temores. Su proteccion es infalible..
Creo saber quien eres tu. La paz sea contigo.
Y con tu espíritu, hermano.
EliminarMi historia es parecida al anónimo 20:19.
ResponderEliminarMe hubiera gustado morirme cuando a los 29 años me operaron de peritonitis, a vida o muerte. Habria pasado de la anestesia a la verdadera vida con Dios. Ya desde la cuna mis sufrimientos fueron muchos y en eso mi vida no ha cambiado.
Me da ansiedad y malestar salir a la calle, solo quiero paz y tranquilidad, pero Dios siempre tiene otros planes, los del sufrimiento y a estas alturas estoy ya muy cansada.
ojalá Dios me hubiera llevado en aquel quirófano.
Un saludo.
Hola Anónima;
Eliminarni la enfermedad, ni el sufrimiento hayas tenido forman parte de los planes de Dios.
Dios no decide que alguien tenga que morir.
La enfermedad, la muerte, todos los males son fruto del pecado.
El pecado produce un enorme desequilibrio en la naturaleza, en el espíritu humano que le lleva a desordenar todo lo que le rodea, el pecado original y todos los demás pecados son la causa del dolor y la muerte.
Dios te dice algo así como; te acompaño, te ayudo, verás como no es para tanto, verás como conmigo sorteas un poco los sufrimientos, y conmigo estarás siempre, y yo impidiré que la muerte se quede contigo, te llevaré a mi casa donde ya no habrá muerte, ni sufrimiento...
También desde mi cuna fueron muchos mis sufrimientos.
EliminarPero con veinte años, estaba llena de ilusiones. Pensaba que la vida, era muy diferente de lo que es. Tenía confianza en el ser humano.
Por eso es por lo que pienso que hubiera sido un momento bueno para pasar de la vida terrenal a la Vida Eterna sin enterarme. Sin dolor, sin miedos,sin pasar por el largo camino lleno de sufrimientos y de angustia que me esperaba, y del que sólo Dios ha conseguido que saliera y me ha mantenido en pie. Hay muchas otras personas, que no lo han logrado. Así que a pesar de todo, tengo motivos más que suficientes para agradecerle todas las horas del día, los muchos favores de los que le soy deudora.
Solamente Él sostiene mi vida. Y a Él le pido su protección y su ayuda, porque sé que es el único que nunca me va a defraudar, si yo no me aparto de Él.
Y como tú, también hay veces que me siento muy cansada...
Y si en esos momentos Dios no nos llevó de esta vida, es porque Él tenía otros planes.
Y Dios escribe derecho con renglones torcidos.
Saludos también para ti.
El dolor más insorportable es la soledad.
ResponderEliminarno es cierto.la soledad estimula el intelecto,moderación,aptitudes,etc-----por lo tanto no es tal sino al contrario,es enriquecedora.
EliminarHay dolores mucho más fuertes que el de la soledad.
EliminarConocerás un refrán que dice: "Más vale estar solos que mal acompañados".
Y dolores psicológicos o espirituales, mucho peores que la soledad.
Pues es doloroso que tantas vidas deseen haber terminado antes de su verdadero momento. Solo hay que pensar todo el bién que se puede hacer ofreciendo el dolor a Dios, para que no sea sólo sufrir sin ningún sentido. Si el sufrimiento y las penas son ineludibles, pues a ofrecerlas, así la vida se enriquece y los merecimientos para la vida futura crecerán mucho. Nadie puede decir ya mi vida no sirve, me duele demasiado. Pues hay que sacarle la vuelta al dolor y la mejor manera es ofrecerlo al dueño de la vida y que Él lo utilice para lo que sea mas conveniente. es muy probable que en su infinita misericordia alivie las penas así presentadas, y si no, serán aceptadas y el premio será mucho mayor.
ResponderEliminarSeñor Moderador:
ResponderEliminarQué tuvo de malo mi comentario, en el cual me dirigía al Padre Fortea, que no se ha publicado. Al menos saber qué de malo.... me conformaría. Yo no considero que haya habido algo malo. Non capisco...
"Para todo alpinista hay momentos en los que se detiene, y además de notar su cansancio, y de mirar profundamente el paisaje que le rodea... vuelve al paso.
ResponderEliminarVivir de fe.... que díficil, porque sí, para Dios lo mejor, pero aún lo mejor de nosotros está a distancia infinita de Dios... tan pequeño y hasta de alguna manera miserable, pero bueno... tal vez Dios lo ve como los Padres al dibujo de su niño de preescolar que cuelgan en el refri como obra de arte suprema"
Querido padre Fortea, Dios lo bendiga y nos permita tenerlo en esta tierra por mucho tiempo. Aunque no soy una vejete, todo cuanto ha dicho me ha llegado al alma. Ninguno somos dignos de tanta Majestad y que esa grandeza pueda mirarnos con tanto amor. Dios es Magnificencia y lo es todo. Ojala pudiésemos ser dignos de todo cuanto nos da. Siga adelante padre, no desfallezca, pues nuestra madre del Cielo nos acompaña siempre...
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