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Comentarios 27 enero 2014

6 comentarios:

  1. Yo definiria ademas de la tristeza la impotencia ante los desafortunados acontecimientos, en los muchos victimas del mal son sometidos, pero si a los tres meses finalizo la guerra y sus adeversarios recibieron castigo, es la posibilidad y la esperanza de ver que todo lo que se planea en contra de los demas tiene un mal fin., Dios le tendra en el cielo.Es triste que para lograrlo haya tenido que suceder esto.

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  2. Padre sigue en Miami.....feliz estadia feliz regreso a su casa

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  3. La virtud siendo juzgada por la maldad.

    Ocurre con mucha frecuencia. Esta tarde he visto un ejemplo de ello.

    "Y gritaban, ¡Crucifícale, crucifícale"

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  4. He estado escuchando parte de los juicios inicuos de este juez nazi y resulta espeluznante escucharle gritar e insultar a las personas a las que luego condena a muerte tan tranquilamente. Sus juicios no eran más que un alarde de crueldad, opresión y tortura en nombre de una supuesta perfección doctrinal, la superioridad de una raza sobre otra. Desgraciadamente estos odios a los que son diferentes siguen estando presentes en nuestra España, bajo capa democrática, pero igual de intransigentes e idólatras que los nazis en su momento.

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  5. Todo lo que se me ocurre decir, después de recordar aquel post, que generó tantos comentarios, unos al caso del tema, y otros, como ocurría entonces, al margen del mismo, es que no creo que las palabras del condenado por el juez nazi fueran causa directa de su muerte, ni que fuera una venganza, porque Dios no se venga, aplica justicia, y lo hace después de la muerte. Lo que sí fue es una casualidad. Y las casualidades no existen, dicen. Yo creo que la muerte engendra muerte, y el odio engendra más odio. Creo que la caridad con el prójimo empieza por respetar su dignidad. Mientras vivimos somos templos del Espíritu Santo y todas las relaciones que establezcamos con los demás deben respetar nuestra dignidad y no mancillar la del prójimo.

    Cuando nace un niño todos quieren verlo, sonreír ante su cuna, otra cosa es enfrentarse al silencio de la muerte. Un muerto, y más si es un ser querido, nos enfrenta a una reflexión profunda. Pobres muertos, despojados de la vida, entregados a los vivos para que estos nos encarguemos de depositarlos en su última morada. Ellos ya no son más que un resto mortal que, mudo y estático, nos inquiere acerca de la realidad de la vida,que creemos nos pertenece, que podemos, a nuestro antojo de adultos pervertir, con la excusa de que no se hace daño a nadie ....... hacemos daño a los cuidados amorosos de nuestra madre en la infancia, a nuestros sueños de futuro, a nuestra mirada limpia del niño que fuimos, hacemos daño al prójimo y herimos gravemente nuestra condición de seres humanos, hechos a imagen y semejanza de Dios.

    Los jerarcas nazis se convirtieron en fraticidas solo por un sentimiento de superioridad de raza. Admiraban la perfección física de la raza y en ello basaron el exterminio de los judios, de los gitanos y aún de los homosexuales, pero solo de los que exhibían maneras amaneradas, porque los que, de verdad lo eran, aquellos que no lo aparentaban, gozaban de total impunidad, es más, tanto en la Gestapo, como en otros estamentos del Tercer Reich existían lo que podríamos llamar sodomitas varones, y ello es, sola y exlusivamente, porque allí anidaba el Mal en todo su magno despliegue de impiedad, crueldad, odio y violencia. Anidaba el pecado.

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  6. grandes reflexiones inspira este mal juez. Justo en esa oportunidad el inicuo régimen cayó entre llamas y como siempre pagaron muchos inocentes y se escaparon varios culpables. hubo un fin del mundo nazi por así decirlo

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