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Tremendo purgatorio el de este hombre. Qué pena, toda una vida e infinidad de medios para dejar toda la culpa pendiente para saldar en el purgatorio. Una vida vivida así no merece ser vivida. Si alguna vez me pasara una cosa así, preferiría dejar todas las tripas desparramadas en la calzada y el cuerpo bajo las ruedas de un camión; vivir pecando no es vivir.
ResponderEliminarPor cierto, no lloré con el post de ayer, el de el sacerdote anciano; ni siquiera una lágrima, ojalá yo pudiese decir lo mismo al final de mis días.
Cuanto me alegro Padre Fortea ,del paseo con sus amigas,ese codillo aleman para comer y esos momentos inolvidables de la amistad que nos aporta tanto al corazon!!!
ResponderEliminarLa historia y la vida esta llena de contradiciones, morir en el error es ausencia total de la gracia de Dios, con total convencimiento de hallarse en la verdad.
ResponderEliminarjajajajajaja no conmoverse con el post anterior, el corazón
De hitler, que exageración.
No puedo comentar porque mi conexión es muy lenta y no me permite ver vídeos. De todas formas no sé a qué futuro ni en qué sentido lo dices (económico, político, religioso...). Sin ver esa maravilla que nos compartes no sé si coincidirá con mi visión. Veo el futuro muy pobre en todos los frentes; y encima seremos más viejos.
ResponderEliminarSe me olvidó decirte que perdí un kilo por las lágrimas derramadas tras la lectura de las aventuras y desventuras del anciano sedente que alimentaba palomas mientras charlaba con su yo a los 47.
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