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Padre Fortea
ResponderEliminarCreo que todos alguna vez nos hemos preguntado si es posible rezar por esos condenados, y que bueno que toma ese tema, yo luego de algunas reflexiones, antes de las suyas decidi que NO ES POSIBLE, nada que hagamos les ayudará.
Estar en el infierno es según entiendo, la no existencia del bien, esto es, como un gusto de estar ya condenado aunque se sufra y al mismo tiempo no se tenga gusto por eso mismo, la no presencia del bien, hace que todo sea mal. Es el extremo y no se conoce otra cosa más ni se puede desear otra cosa más, si existiese el caso, imagino sería para condenar ese poco bien que viniera, pero sinceramente dudo que Dios lo permita.
Ya tan solo el PURGATORIO, según Santa Teresita de Lisieux:
El Purgatorio es un don del Corazón herido del Cordero, donde la Misericordia envuelve a la Justicia; su contemplación debe ser fuente de acción de gracias y de alabanza...
Ahí si cabe la oración porque los rezos si llegan y hay presencia de bien. No en el INFIERNO.
Aquí los recuerdos, o los no te olvides
7 de octubre celebraremos a Nuestra Señora del Rosario
Pero del 5 de octubre que mencionaba lo del Infierno que había escrito Santa Faustina los de ACI prensa hicieron favor de escribirlo https://www.aciprensa.com/noticias/el-purgatorio-el-infierno-y-el-cielo-que-vio-santa-faustina-kowalska-94421/
Padre Fortea buenos dias.Me parece todo tan interesante lo que dice usted del infierno que a la vez tengo mucho miedo y respeto a Dios pero seguimos con nuestras debilidades y pecamos .El Juicio Final ¿qué nos tendrà Dios reservado?.Es un misterio pero cierto.Que Dios nos perdone Padre Fortea,que tenga un buen día.
ResponderEliminarSaludos.
Sobre su post "Reflexiones sobre el infierno I " creo que hay una factor que no menciona e el sufrimiento que padecen los condenados, no solamente es un estado del yo que los aparta voluntariamente de Dios, si no que también hay una parte de Justo Castigo de Dios infligido directamente sobre los condenados y para los hombres también hay un castigo corporal sobre el cuerpo de los condenados. Así que no solamente es un estado, también es la recepción de un Castigo merecido por las culpas cometidas.
ResponderEliminarBuenos días padre, ¿qué piensa usted sobre el ayuno como forma del combatir al Mal? ¿Podría tratar este tema algún día en su blog? Gracias.
ResponderEliminar“Saludos desde mi ego (es enorme)”.
ResponderEliminarEsta frase la he encontrado en un comentario: “mi ego es enorme”. *Creo que fue el Padre Pío el que dijo que tardamos diez minutos después de muertos en perder ego, tal vez nos vendría bien empezar a practicar la pérdida del ego mientras estamos en este mundo y así tardaremos menos en perderlo, debe de ser tremendo estar diez minutos perdiendo el ego después de muerto.
*Cómo veis siempre estoy con el “creo” que lo dijo Casiano, creo que lo dijo el Padre Pío, creo que lo dijo venganito, y fulanito,… y es que mi cabeza no da para más información. Eso que dicen de que el saber no ocupa lugar no debe de ser verdad; veo mi cabeza como si fuese una antigua biblioteca donde nunca sé donde está el autor que necesito en cada momento; podía poner a mi ángel custodio de bibliotecario pero le tengo demasiado ocupado y no quiero ponerle más trabajo, así pues, sintiéndolo mucho, creo que tendréis que soportar que nunca o casi nunca recuerde al autor.
No sé si no estar solos en el infierno es una desventaja… si Dios lo permite por nuestro bien debe de ser una ventaja, pero no me imagino estar rodeados de condenados toda la eternidad. Ya es insoportable estar rodeados de los malos en este mundo teniendo la compañía de la Trinidad beatísima, de María Santísima, de los santos ángeles, y de los santos que nos precedieron, y aún así que difícil es compartir el cubierto en este mundo con los malos, y eso que sólo es un ratito; toda la eternidad sin Dios y en la compañía de los condenados y de los demonios la vida se convierte en un infierno sin término.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Techo. Si a mí me toca ir al infierno (junto con mi enorme ego, jeje) prefiero estar solo. La soledad siempre me ha gustado. Si acaso he de estar acompañado que sea con una mujer guapísima y bien maciza. Un infierno así sí que sería llevadero. Abrazos fuertes.
Eliminar¿Estás seguro?...
EliminarEsa mujer que tú imaginas no existe en el infierno, con cuerpo de condenada no debe de tener ningún atractivo, no olvides que igual que los bienaventurados adquieren un cuerpo de gloria en la resurrección de los muertos, los condenados adquieren un cuerpo de muerte y tinieblas. Además Jesús te dice en el Evangelio de Mateo que allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt 22,13), y Jesús no se equivoca; luego un infierno así no te sería llevadero.
El infierno sera de acuerdo a nuestros pecados, y la compañia sera de los demonios, la soledad sera otra parte de sufrimiento? Para quienes no conocieron y rechazarón el primer mandamiento y por consecuencia los demas, sin conocer ni practicar el amor a Dios ni al projimo quien extrañara compañia?
ResponderEliminarCreo que la soledad seria más soportable que la compañía de satanás.
ResponderEliminarForty habla de la soledad con respecto a otros condenados para formar sociedad con ellos. De Satanás y demás demonios no se libra ningún condenado. Dios impedirá que su ensañamiento sea excesivo (nos dice el padre Fortea). Opino lo mismo.
EliminarMe intriga cual sería la postura sobre el orar por la conversión de las almas de personas que fallecieron hace mucho tiempo, mi cuestión va un poco en el sentido de que no podemos rezar por las almas condenadas ya al infierno, pero igual no tenemos la certeza de alguna alma que sido condenada ido al infierno, aunado a que para Dios no existe el tiempo como nosotros... ¿esto podría en algún sentido acreditar cierta gracia sobre la persona que se está orando?
ResponderEliminarCuentan que estando Benito de Nursia en una Misa de funeral oyó al difunto que decía en voz alta: “No recéis por mí, estoy condenado”. Después de ese momento cuentan que Benito que pensaba que el difunto había sido una persona honrada y cristiana decidió abandonar el mundo y huir al desierto de Subiaco donde le impusieron el hábito monástico.
EliminarPienso que conviene orar siempre por los difuntos pues no sabemos cuál habrá sido su destino en el juicio particular, pero también pienso que si ha sido condenado en el juicio particular, las oraciones no restarán nada a su condenación, y serán aplicadas a otro difunto.