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Es muy interesante la foto Padre, es impresionante como en un espacio tan pequeño se puede decir tanto, me llama la atención la profanación del templo, me recordó que la Sagrada Escritura dice que en tiempos del rey David alguno que se atrevió a tocar el Arca de la Alianza, inmediatamente cayó muerto. Toda esta parte de la historia es muy interesante ojalá pudiera hablar un poco más de esto, claro si usted lo considera conveniente. Muchas gracias por el link, los escucharé con atención. Dios le bendiga.
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Eliminar"... me llama la atención la profanación del templo, me recordó que la Sagrada Escritura dice que en tiempos del rey David alguno que se atrevió a tocar el Arca de la Alianza, inmediatamente cayó muerto..."
Así es Lili, hoy también se profana el Templo de Dios cuando se le recibe sin el traje de bodas, también para éstos habrá muerte.
Buen tema para comentar, ¿qué vio Pompeyo al entrar en el Sancta Sanctorum? Medieval sin duda, algo de cierto tendría sin dudar, no había excelencia en el dibujo, como ahora hay algunos que dibujan como fotografías. Yo también escucharé con atención los sermones, ahora mismo voy.
ResponderEliminarSaludos
Pompeyo entró en el Sancta Sanctorum cometiendo un sacrilegio ante la Ley judía, y creo recordar que también mataron a algunos o a todos los sacerdotes que lo custodiaban.
ResponderEliminarDespués mantuvo una guerra civil que duró varios años con Julio César, con el que había formado parte de un triunvirato, y Pompeyo acabó siendo asesinado en Egipto, parece ser que por orden del faraón, que quería una alianza con César.
Todo pecado tiene su castigo.
El Templo de Jerusalén a los ojos de un europeo de la Edad Media, era muy parecido a una Catedral de su tiempo, incluído el altar. Sin embargo (así de caprichosa es la imaginación), yo me lo imagino más semejante a lo que es una mezquita; un espacio grande, vacío, y en el caso del Templo de Jerusalén, con una cámara reservada para guardar el Arca de la Alianza. Y perdóneme Padre, pero esa es la idea que me gustaría para los templos nuestros. Grandes espacios vacíos, iluminados por bellas cristaleras multicolores por las que entraran los haces de luz a raudales, y siendo esa luz y la de las velas y candelabros, la única luz que iluminara el espacio sagrado. Sin distracciones de nada más, para hacer más fácil que el alma se centre en Dios.
ResponderEliminarGracias por su enlace que oiré encantada.
Magnífica imagen, nunca me había parado a imaginar la entrada de Pompeyo en el Sanctorum, "la abominación de la desolación pisando el lugar santo", es increíble.
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ResponderEliminarA la pregunta que encabeza el post de hoy: ¿Qué vio Pompeyo al entrar en el Sancta Sanctorum? Hay que decir que vio NADA, o por lo menos nada de lo que esperaba encontrar. Esperaba encontrar a Dios en su Templo, o en su defecto, esperaba encontrar una representación de Dios en forma humana, de animal, de astro o de lo que fuera, pero representado en algo que se pudiese ver con los ojos del cuerpo, pero no encontró nada de ese Dios al que adoraban los judíos. ¿Cómo la carne puede imaginar un Dios invisible? ¿Cómo puede adorar un carnal a un Dios que no tiene una representación física? Para Pompeyo debió ser impresionante salir del Templo de Jerusalén como había entrado, con las manos vacías y una pregunta: ¿Aquí está el Dios que adora el pueblo judío, en unas cuantas columnas y un arca?
En Ponpeyo están inspiradas las aventuras de Popeye.
ResponderEliminarY en el propio nombre se puede ver la evolución del idioma, otros dirían, distorsión
ResponderEliminarPompeyo debía estar perplejo, no sólo no había en el Templo representación visible del Dios al que adoraba el pueblo judío, sino que además el Sumo Sacerdote está ofreciendo el cabrito del sacrificio a un Dios que no está representado ni tiene ninguna inscripción en este lugar del Templo que el pueblo judío llama Sancta Sanctorum.
¿Pero cómo averiguar esas historias que cuenta el pueblo judío sobre la adoración al Dios de Israel? ¿Dónde está el Dios de Israel?
ResponderEliminarEl comentario ha sido sólo sobre la pintura, hubiese sido mucha casualidad que precisamente Pompeyo llegara al Sancta Sanctorum el día de la Expiación, cuando el Sumo Sacerdote ofrece el cabrito en el sacificio.
Me ha extrañado saber que las columnas que adornaban el Templo de Jerusalén, eran las columnas salomónicas. Tenía entendido que el Templo construído por Salomón y que sería, según las descripciones, una de las construcciones más espectaculares del mundo, había sido arrasado por los babilonios, junto con el resto de Jerusalén.
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