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Jaja.
ResponderEliminarMuy bueno el post.
Desde q empece a leerlo,no se,
Pero me dio q no le pasaba nada.
No senti palpito d inquietud ninguno
Y el final me lo confirmo.
Larga vida a las buenas madres!.
Me alegro de que su madre esté mejor de lo que se esperaba y espero que siga por mucho tiempo en este mundo. Cuando pasan estas cosas uno empieza a echarse culpas de todo, y no se, en el fondo en un buen síntoma de tener corazón humano, aunque no sea la realidad de lo que ha pasado de verdad. :)
ResponderEliminarPadre Fortea en la Navidad hay milagros.No lo dude.Que el Niño Jesús le proteja a usted y toda su familia Padre Fortea.
ResponderEliminarSaludos+
Menos mal que no fue en serio algo grave. Uno siempre piensa lo peor, naturalmente... De todas maneras, deje de comer pastelitos y haga caso a su mama ejeje!
ResponderEliminar¡Vaya susto, Fortea! No sé los sustos que damos los hijos a los padres, pero aunque sorprenda, los padres también dan sustos a los hijos. A veces la gente dice que como una madre no hay nada, eso es porque esa gente no ha conocido bien a los hijos. A mí me pasó algo parecido hace dos meses, mi madre salió a dar un paseo, era de noche y el pavimento estaba mojado, le dije que no fuera pero no hizo caso, y se fue. Tardaba en llegar. Una hora o quizá un poco más es un buen paseo, pensé. Y no llegaba. Al poco tiempo llaman al portero electrónico, contesto y es la policía, me dice que si le puedo abrir la puerta del portal. Se la abro, y pienso: ¡que raro!, ¿por qué llama a mi piso la policía? A los pocos minutos llaman al timbre de mi puerta. Pregunté ¿quién es?, y me dijo: soy la policía; no me podía creer que la policía estuviese llamando en mi puerta, por tanto, miré por la mirilla y era un policía nacional. Abro la puerta y me quedo mirándole en silencio durante unos segundos, pasado un corto espacio de tiempo, el policía habla y me dice: “Su madre se ha caído en la calle, pero no se asuste, no ha sido nada, sólo tiene un golpe en la nariz y está el SAMUR con ella, queremos llevarla a la Urgencia por si tiene fractura de tabique nasal, la ambulancia está a cincuenta metros de su portal. El policía espera que coja las llaves y bajamos juntos en el ascensor, y al salir del portal vi la ambulancia. Entro en la ambulancia, y allí estaba mi madre tumbada en la camilla, con una contusión tremenda en la nariz y un corte en el labio superior. Mi madre tiene 92 años, con esta edad no tienes el reflejo de poner las manos para evitar el golpe en la cara. El resultado fue: traumatismo craneoencefálico leve y no fractura de tabique nasal, y 5 horas en la Urgencia haciéndola pruebas. ¿Pensáis que ahora tiene miedo de salir sola? Pues no, no sólo no tiene miedo sino que cuando no puedo acompañarla sale sola. Esta tarde me he levantado a las 13: 30hs, había trabajado la noche anterior, y ya no estaba en casa, había salido a comprar unas cosas. En fin, con ellos hay que tener santa paciencia.
ResponderEliminarMe alegro que lo de su madre se haya quedado sólo en un susto.
Lindo el amor y la paciencia hacia su madre. No deje de contarnos los detalles de su vida, pues no sólo nos atraen por curiosidad, sino porque también nos ayudan.
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